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¿El Futuro Luminoso para la Iguana Rayada?
Petr Myska
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Especies Enero -Febrero 2002
¿Qué estará pasando por la cabeza de la iguana rayada cuando nos mira desde las paredes en las ruinas de Tulum? Temo que por ahora, ni la ciencia tiene respuesta. Pero acepten mi invitación al recorrido por el mundo de la iguana, en la luz del conocimiento científico.
Créanme, es interesante.
     
La iguana rayada (Ctenosaura similis) está presente desde los estados de Veracruz y Oaxaca en México, hasta el extremo sur de Mesoamérica en Panamá y sus islas adyacentes. Habita principalmente los bosques secos y áreas áridas, aunque su distribución comprende una gran variedad de ecosistemas y hábitat. Prefiere partes soleadas y rocosas, como las zonas arqueológicas.
Pertenece a la familia Iguanidae, junto con la bien conocida iguana verde (Iguana iguana), pero su nombre de género (Ctenosaura) refiere un parentesco más cercano a otras especies. Esta iguana, descrita por primera vez por I. E. Gray en el año 1831 en la costa caribeña de Honduras, es también llamada iguana de cola espinosa (spiny tailed iguana en los países de habla inglesa). Esto se debe a los anillos de escamas espinosas en su cola, los cuales, separados uno de otro por dos anillos lisos, son un rasgo característico de la especie.
Ctenosaura similis se puede considerar una de las especies más grandes de iguanas. Los machos adultos alcanzan los 35 cm y sus colas casi el doble del largo del cuerpo que es, generalmente, robusto y musculoso, con miembros fuertes y armados con grandes garras.Las iguanas atraviesan por una serie de cambios de coloracion en el curso de su desarollo. Los individuos juveniles, muestran una coloración verde que a los seis meses de edad empieza a transformarse en la coloración adulta predominante, café grisáceo con una serie de bandas dorsales oscuras. El color de la piel puede alterarse aun en los adultos, debido a la fuerte radiación solar que, en efecto, puede generar manchas de color amarillo o anaranjado en los costados del cuerpo.Los dos sexos poseen una fila de escamas agrandadas que empieza en el cuello y termina en la base de la cola, formando una distintiva cresta dorsal. Sin embargo, ésta es mucho más grande en los machos, lo que facilita la determinación del sexo en ejemplares adultos.
 Un cuerpo adaptado a su hábitatComo la misma morfología de la especie puede darnos la idea básica de su hábitat preferido y su comportamiento, vayamos paso a paso por el cuerpo de la iguana, intentando comprender la relación entre su vida y su apariencia.El cuerpo de la iguana rayada es relativamente robusto, lo que  usualmente significa que el animal pasa más tiempo en el suelo que en las alturas. Las especies arborícolas suelen ser más delgadas con extremidades largas y gráciles, ya que, por ejemplo, tienen que distribuir su peso cuidadosamente en las ramas finas. Estas preocupaciones no incomodan a las especies terrestres. La vida en el suelo significa otros desafíos, y como los animales terrestres suelen ser más grandes, el pequeño siempre será más amenazado. La fuerza en el caso de las iguanas rayadas, viene mano a mano con otros atributos defensores. Las fuertes garras van a servir tanto para trepar las paredes, como para defensa personal y empleadas a la vez con la fuerte cola  armada con espinas filosas, presentarán un arma formidable. ¿Carnívora o hervíbora?Fuerza, rapidez, agilidad y buenas armas, atributos de hábil defensor que son, a la vez, herramientas del diestro cazador. ¿Cómo habla esta evidencia sobre la vida de la iguana negra? Un vistazo al estómago de un individuo adulto, nos proporcionará la respuesta. Y la verdad es sorprendente.
Aunque las iguanas rayadas son generalmente herbívoras, una parte importante de su dieta es carnívora. La iguana rayada come roedores, murciélagos, ranas, pichones de aves y una gran variedad de insectos. En varios estudios científicos se detectó el consumo de huevos de su propia especie y, en un caso, se halló la cola de un individuo dentro del estómago de un macho adulto, sugiriendo canibalismo.

Sin embargo, decir que la iguana rayada es una especie mayormente terrestre y parcialmente carnívora, no describe plenamente la realidad. Tanto la coloración como el tamaño del cuerpo, los rasgos de dimorfismo sexual, la dieta y el comportamiento del individuo, cambian en el curso de su desarrollo.

Las crías que nacen a los 3 ó 4 meses después de la oviposición, se alimentan principalmente de insectos. Tienden a formar grupos temporales que, a veces, están encabezados por un individuo dominante, y pueden pasar mucho tiempo en los árboles. No pueden competir con los adultos por los territorios, ni las hembras y su mayor preocupación es sobrevivir a los numerosos retos y riesgos que la vida les plantea.

Las iguanas llegan a vivir hasta 60 años y en su madurez no tienen muchos enemigos, sólo algunos depredadores grandes (especialmente rapaces) y el hombre. La dieta de los adultos tiende a ser más herbívora y su vida más terrestre. Forman colonias que obedecen estrictas reglas de territorialidad, donde el macho dominante es el “dueño” del territorio que, aunque contenga territorios pequeños de machos subordinados, le da, con prioridad,  acceso a los recursos y a las hembras.
 Armas convincentes para la gran batallaTerritorios y hembras son las principales causas de conflictos entre machos adultos, provocando “batallas” que emplean gran variedad de tácticas. Otra vez veamos a la iguana, en busca de estructuras morfológicas que pueden ser utilizadas para tales fines. Aparte de las armas ya mencionadas, como las garras, cola espinosa y cuerpo musculoso, el macho en su madurez tiene a su disposición medios más pacíficos. Como todos los animales, preferirá prevenir el riesgoso contacto físico y la feroz batalla, siempre y cuando pueda convencer a su adversario de que su posición de más fuerte, es imperturbable. Hay varias maneras de demostrarlo y la más importante es el tamaño del cuerpo. La relación es evidente. Más grande representa más fuerte y más peligroso. Para incrementar el tamaño del cuerpo le sirven varias estructuras, especialmente la cresta dorsal y el lóbulo formado por piel lacia bajo el cuello y la mandíbula del animal. Estas estructuras juegan un papel importante en las demostraciones territoriales, como por ejemplo movimientos rápidos de la cabeza, haciéndolas más impresionantes.

Sin embargo, cuando  los medios pacíficos fallan, hay que pelear. El territorio será el premio del vencedor, abriéndole el acceso a las hembras de la colonia y por ellas, a la inmortalidad genética, la única que realmente existe en el mundo natural.
Esta inmortalidad representa el máximo premio en la lucha de vida para todos los seres vivientes. Todos comparten el esfuerzo perpetuo por sobrevivir y hacer sobrevivir a sus genes. Sin embargo, hay veces en las que todas las armas, toda la experiencia y toda la inversión, tienen que ceder a fuerzas mayores, incontrolables e inevitablemente mortales.

Para muchas criaturas de este planeta, somos nosotros la ola mortífera que acaba con todo en su paso. Algunos ya perecieron, otros luchan desesperadamente. Y aunque la iguana negra sigue mirándonos desde las paredes y antiguos templos mayas, ni ella puede sentirse a salvo.
Las iguanas rayadas, habitan en muchos ecosistemas que fueron clasificados por organizaciones conservacionistas como de los más amenazados y la situación no parece estar mejorando.
La explotación de la iguana y su caza excesiva, han disminuido las poblaciones centroamericanas, considerablemente. Las víctimas, capturadas como alimento o artículo de comercialización, son las dos especies más conocidas: la iguana verde (Iguana iguana) y la iguana rayada (Ctenosaura similis).

Aunque no encontraremos el nombre de Ctenosaura similis en los registros de CITES ni en el Libro Rojo (Red Book) de UICN, dependerá sólo de nosotros si algún día allí aparece.
Esperemos que no.
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