El llamado llorasangre, tapayaxin o también
falso camaleón, científicamente nombrado Phrynosoma orbiculare,
es una lagartija de una apariencia descomunal. Como alcanza apenas unos
12 cm de largo, no puede competir con otros reptiles respecto a tamano,
pero definitivamente destaca gracias a las protuberancias en forma de
cuernos y espinas que cubren su cabeza y casi todo su cuerpo. Los llorasangre
no sólo se parecen a los dinosaurios, sino que también son
antiguos como ellos. Las evidencias fósiles revelaron que algunas
especies evolucionaron en el Mioceno (hace 15 millones de anos), mucho
antes de que aparecieran los humanos. La forma y número de los
cuernos en la cabeza, tanto como la distribución, difieren de las
demás especies del género, que comprende 14 especies, que
viven desde el sur de Canadá, hasta Estados Unidos y México.
Trece de ellas alcanzan el territorio de la República Mexicana
y de éstas, seis se pueden encontrar sólo aquí (son
endémicas a México). El tapayaxin es una de ellas. Su área
de distribución se extiende por los altiplanos desde el estado
de Chihuahua hasta Veracruz y Puebla. Principalmente, habita en regiones
elevadas de bosque de pino, especialmente en partes que, en el suelo,
ofrecen un mosaico de zacatón y rocas.
Tácticas de defensa
Esta especie diurna (muestra mayor actividad durante horas de luz),
terrícola y solitaria, desarrolló una gran variedad de
tácticas para evadir a sus depredadores. La primera línea
de defensa es quedarse completamente inmóvil y fuera de la vista,
lo que consigue asemejando el color de su cuerpo al color del sustrato.
Las mencionadas protuberancias también juegan un papel importante
en varios aspectos. Disminuyen la sombra proyectada por el animal, de
tal manera que hacen el color mimético aún más
efectivo y en caso de que el animal quede descubierto, esta armadura
formidable llena de cuernos y espinas representa una amenaza significativa
para muchos depredadores, en especial cuando el llorasangre, en su propia
defensa, hincha todo el cuerpo convirtiéndolo en una bola espinosa.
En general, los tapayaxin confían más en las tácticas
mencionadas que en una huida rápida, lo que en cierta manera
sería lo esperado en caso de una lagartija. Y por si se preguntan
porqué, aquí está la respuesta. La vida y apariencia
de los llorasangre fue formada por su dieta particular: las hormigas.
Estos insectos pequenos y extremadamente duros, provocaron una cadena
de cambios evolutivos que resultó en algo tan especial como las
especies del género Phrynosoma. Cada hormiga sola no es una gran
fuente de energía, por lo cual hay que consumir muchas, y para
poder consumir muchas, hay que tener un gran estómago. Y de ahí
viene la dificultad. ?Acaso se han echado a correr con un estómago
grande y además lleno? En este aspecto el llorasangre se parece
a una tortuga, que en lugar de ser rápida y veloz, confía
en su armadura y comportamiento críptico. ?Pero los tapayaxin
comen sólo hormigas? No necesariamente, aunque las hormigas son
una parte indispensable de su dieta, algunas investigaciones revelaron
que también consumen otro tipo de insectos pequenos, como escarabajos
y grillos, entre otros. Además, este tipo de alimento ocasiona
otro problema. Como las hormigas no contienen mucha agua, los llorasangre
se ven obligados a buscarla en otro lugar, pero como no suelen vivir
cerca de cuerpos de agua, desarrollaron una técnica de recolección
de gotas condensadas, lamiendo rocas y partículas de arena.
Como podemos ver, el comportamiento de estas lagartijas es extremadamente
particular, pero no es el fin de los fenómenos especiales. Por
lo menos cuatro de las especies del género Phrynosoma (incluido
P. orbiculare) presentan una forma de comportamiento defensivo, rara
vez vista en el mundo animal. Al sentirse atacado, el animal expulsa
un chorro de sangre, por medio de unas glándulas ubicadas en
el ángulo interior de los ojos. De allí su antiguo nombre
llorasangre. Cuando son atacados por especies caninas (coyotes, perros
y zorros) el depredador abandona a su presa inmediatamente después
de que ésta emplea este tipo de defensa, e intenta sacudir el
fluido de su boca, lo que sugiere que tiene un mal sabor.
El cautiverio - muerte inevitable
La apariencia, la dieta y el comportamiento no son las únicas
curiosidades de estos animales. Aunque los científicos conocen
muchas cosas interesantes sobre el tapayaxin, carecen de información
en varias áreas. Por ejemplo, no se sabe mucho sobre su reproducción
en vida silvestre, aparte del hecho que se trata de una especie ovovivípara
(las crías nacen vivas), lo que, sin duda es una adaptación
evolutiva a las duras condiciones de su hábitat, donde las temperaturas
nocturnas y en temporadas invernales, pueden bajar considerablemente
y por lo tanto, dificultan la incubación extracorporal de los
huevos.
El llorasangre es un animal increíblemente bello y especial.
Lo lamentable es que tenemos más oportunidad de verlo a la venta
en puestos del mercado negro, que en su medio ambiente natural. Poblaciones
de todas las especies de Phrynosoma sufren constantemente por las conocidas
causas de destrucción de su hábitat y tráfico ilegal.
Este último aspecto es aún más trágico en
el caso del llorasangre, porque es una especie casi imposible de mantener
viva en cautiverio debido a su dieta tan particular; por lo tanto, todos
los animales que se ofrecen a la venta, sin excepción, están
destinados a una muerte inevitable y pronta.
Este artículo, aparte de presentarles una especie rara, tiene
el propósito de darles a conocer su peligrosa situación
que directamente ligada con los humanos, puede ser mejorada y resuelta
sólo por nosotros mismos. Si no nos convence el hecho de que
el llorasangre esté protegido por la ley federal, tal vez nos
conmuevan sus lágrimas de color púrpura.
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